viernes, 23 de marzo de 2018
CAPITULO 49
La siguiente noche todavía no había tenido noticias de Pedro, pero me sentia mejor. Lo puse todo en perspectiva y pensé que podríamos pasar por esto. Tenía la fuerza para luchar por él.
Todavía no sé por qué Pedro me había dejado sin palabras… ¿Que estaba pasando aun por su cabeza?
Había registrado mi teléfono varias veces durante el día por las llamadas y los textos perdidos, pero no encontré ninguna.
Todavía no podía ponerme en el anillo, quería llevarlo, yo lo quería en mi dedo, yo quería ser suya, pero yo no sé si aún me quería, y yo sabía que teníamos tantos cosas aun por las que trabajar.
Después de la cena, di el primer paso. Me, mordí mi labio entre los dientes mientras miraba mi teléfono. Mi estómago se encogió con la ansiedad mientras presionaba su nombre para llamarlo.
La línea sonó una vez, dos veces, tres veces. Mi corazón cayó con cada sonido.
-Hola.-Su voz sonaba vacía y hueca mientras mi corazón latía dentro y fuera de mi pecho.
-Hola-me atraganté. Dios, te echo de menos. ¿Podemos dejar esto atrás? ¿Todavía me quieres?
-¿Cómo estás?- Susurré.
-Nada Bien- respondió su voz profunda.
-Yo tampoco. -Unas cuantas lágrimas corrían por mis mejillas y las sorbi por mi nariz mientras empezaban a correr-. ¿Puedo verte? -Las palabras escaparon de mis labios antes de que pudiera detenerlas.
-¿Quieres?-La voz de Pedro cruzó por el teléfono sin emociones.
-Siempre - Susurré.
Oí una inhalación brusca. -¿Quieres que te envíe Parker?
-Está bien.- Hice una pausa, sin saber qué decir.- ¿Pedro?
-¿Sí?-respondió.
-Lo siento -El aire escapó de mis pulmones en una respiración tranquila.
-Parker estará allí en diez minutos.-Colgó el teléfono.
Me senté con mi cabeza entre mis manos por unos momentos preguntándome qué había querido decir esa breve conversación. La voz de Pedro era completamente inexpresiva. Su voz sonaba exactamente igual que el último día en Aspen -pocas palabras y dolorosamente tranquilo-. Mi corazón cayó hasta el fondo de mi estómago.
Me puse de pie, cogí mi bolso y me puse los zapatos, lista para la llegada de Parker cuando mis ojos se posaron en el anillo. Me dolía el corazón otra vez en lo que había dicho, la forma en que habíamos compartido entre nosotros en el teleférico en el viaje de vuelta.
Las lágrimas brotaron de mis ojos. Los apreté y los cerré para tratar de empujar el dolor. Tenía que ser fuerte y hacer frente a esto. Yo había tenido las últimas veinticuatro horas para llorar y llorar, ahora era el momento de seguir adelante, con o sin Pedro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Uyyyyyyyyyyyy, qué lástima lo mal que están, ojalá se reconcilien en los próximos caps.
ResponderEliminarExcelentes, super intensos
ResponderEliminar